Valentina Medel, socióloga y ex Seremi de la Mujer y la Equidad de Género, nos visitó para conversar sobre las mujeres y las isapres, sus planes de salud y cómo varían los precios de estos en relación a sus contrapartes masculinas.
En el sistema ISAPRE, el afiliado accede a un plan de salud que depende del monto de su cotización, del número de beneficiarios y de la edad y sexo de éstos, pudiendo cotizar un porcentaje mayor al legal con el fin de acceder a un plan con mayores beneficios. Esta diferenciación según edad y sexo es uno de los factores que induce a diferencias en los costos de acceso a la salud para los distintos grupos poblacionales.
El problema surge en el valor de estos planes, puesto que existe una discriminación de precios, donde las Isapres segmentan e identifican cuál es nuestro riesgo, según el sexo, la edad y la relación con el cotizante, a través de la llamada “Tabla de Factores”. Así, las mujeres y los adultos mayores son quienes más deben pagar por un plan de isapre. Las mujeres pueden llegar a pagar un 179% más que los hombres por el mismo plan.
Pese a que las mujeres pagan más por sus planes de salud en comparación con un hombre, sobre todo por el embarazo, calificado como “riesgo” por las Isapres, los planes de las mujeres tienen menor cobertura y mayores restricciones en otras prestaciones.
Lo que es peor, si una mujer no quiere, o no puede tener hijos, continúa pagando más en la prima del plan, a pesar de no ocupar las prestaciones de salud asociadas al embarazo, solo por el hecho de ser mujeres.