Andreina Lagos, psicóloga de la Universidad de Concepción, conversó sobre la integración de los niños transgénero en la sociedad, sobre todo en los aspectos familiares y educativos.
Lagos comentó que en el caso de los menores, no existe un conflicto con su cuerpo, sino que simplemente sienten que su sexo no es aquel con el que nacieron. Un niño o niña va a insistir en definir su propia identidad, y es deber de los padres tener el criterio suficiente para apoyarlos y no forzar una identidad de género en ellos.
De acuerdo a Andreina, las reacciones adversas de los padres suelen provenir del miedo al futuro de la vida de sus hijos o hijas. Un niño transgénero no tiene una enfermedad ni física ni mental, ni están condicionados necesariamente a la homosexualidad. Simplemente, requieren la aceptación y apoyo necesarios para asumir la identidad que sienten que poseen. No discriminar es fundamental, además de aceptar la percepción de los niños de su propia realidad y, por lo tanto, escucharlos.
Para tratar este tema de manera adecuada, es necesario mantener la comunicación a nivel familiar de forma abierta y madura, sin caer en la discriminación ni los prejuicios que no son propios e esta época.
También revisamos el documental de 2015, “Niños rosados y niñas azules“, que expone la realidad de los niños transgénero, desde su propia perspectiva.