Rere celebra su aniversario en medio de la pandemia y con el desafío de la reconversión turística patrimonial

“El Placer de la visión , de recorrer, de palpar con la pupila la piel de las cosas”, es eso en que se ha terminado de convertir Rere para sus naturales herederos, en esa fuente inagotable de historias, cuya belleza macondiana de magia, luz y sombra ha adquirido casi vida propia, sino es por quien las relata, evocando la memoria oral. Un pueblo de rico pasado aurífero, triguero y viñatero, pero también señero por la función evangelizadora y militar que antes cumpliera. Dimensiones todas ellas que configuraron una sociedad orgullosa, que supo preservar sus tradiciones e identidad, a pesar de los avatares del tiempo.

Mucho ha cambiado en su entorno. La agricultura de otrora a dado paso a las plantaciones de pinos; la población emigra a las ciudades; los grandes caminos no pasan por Rere; perdida du centralidad social y económica, parecía condenado a diluirse en el olvido. Los terremotos, aceleradores de la acción destructora del tiempo, han contribuido a borrar los vestigios de su pasado señorial.

El 24 de diciembre, el pueblo de Rere, ubicado a 21 kilómetros de Yumbel, cumplirá cuatrocientos treinta y tres años de existencia. Fue fundado por el Gobernador Alonso de Sotomayor como un asentamiento militar en la víspera de navidad del año 1586 bajo el nombre de Villa de Nuestra Señora de la Buena Esperanza de Rere. Consagrado a la advocación de la virgen de la Buena Esperanza , o la Virgen de las mujeres que van a dar a luz, Rere, surge como parte de la línea defensiva española en el borde del río Biobío contra los mapuches y se enmarca dentro de la línea de fortificaciones del sur de Chile , que en la zona incluía, entre otros, Talcamavida, Yumbel, Nacimiento.

Su importancia fundacional radicó en ser un lugar de paso de las cosechas que abastecían a las tropas del rey , de los hacendados y de los mismos vecinos de Concepción, lo que justificó sus múltiples refundaciones.

Museo Casa Cano

A la conservación y difusión de Rere, se ha dedicado justamente el Museo Casa Cano, a cargo de la Corporación Educacional Aldea Rural que toma posesión en comodato con el compromiso de transformarla en museo o centro cultural. El Museo Casa Cano, instalado en una construcción emblemática, por su arquitectura , pero también por la destacada familia que la habitara y le da nombre, ha generado un amplio programa de difusión , entre vecinos y turistas. Con su gestión , ha logrado poner nuevamente a Rere en el mapa de la cultura y el patrimonio. Con ello, ha reimpulsado al pueblo entero a reencontrarse con su pasado y vivirlo con orgullo.

Rere pertenece a la conocida ruta turística llamada Ruta del Oro. El campanario y sus campanas aliadas en oro constituyen uno de los mayores atractivos dentro del pueblo. También la disposición de sus calles y la antigüedad De sus construcciones constituyen otro atractivo.

“Este año de pandemia ha sido repleto de desafíos. Primero porque debimos afrontar la seguridad sanitaria de nuestros habitantes y suspender todas nuestras actividades y modificar nuestra forma de relacionarnos y porque entendimos de manera brusca que debemos implementar el turismo patrimonial con urgencia, como única forma de sacar adelante al pueblo.” Señala Hansel Silva, Director del Museo Casa Cano de Rere.