Un triunfo increíble, que vale doble por cómo se dio. La UdeC se impuso por 2-1 a San Marcos, en duelo donde comenzó abajo en el marcador y lo dio vuelta sobre el epílogo.
El inicio fue poco claro de ambos equipos. La primera de la UdeC fue con Orellana, que desde larga distancia casi venció a Dobboletta. Luego, un remate de Donadell que se fue por sobre el travesaño de García. A los 29″, Damián González le tiró un gran centro a Matías Donoso, quien remató pifiado desde la entrada del área. Hasta ahí, el juego no tenía mucho ritmo y era muy impreciso por parte de ambos equipos.
A los 31 minutos, llegó la apertura de la cuenta para la visita. Manuel García salió de su arco y despejó mal, en un balón que interceptó Donadell, quien rápidamente pateó al arco de zurda y puso el 1-0, con remate desde mitad de cancha. Ahí vino lo peor del Campanil, que pudo quedar 2-0 abajo tras otro error de García.
Reacción a puro empuje
La UdeC no tenía la claridad de duelos anteriores, y solo Damián González mostraba un nivel alto, pero no tenía compañía. La visita manejó la primera parte del complemento, y bien pudo aumentar al menos en dos ocasiones: un tiro de Hermosilla que tapó García y un remate cruzado apenas desviado de Hermosilla. Entre medio, hubo una falta sobre Donoso en el área que el juez no vio.
A los 68″, Donoso y Vicencio se fueron expulsados por agresión mutua, y el centrodelantero cerraba así una de sus peores noches desde que llegó al Campanil. Cuando parecía que no había por dónde, una “patriada” de Medel a los 79″ terminó con un remate suave de zurda, pero muy bien colocado, que batió a Dobboletta y puso el empate.
El propio Medel tuvo un cabezazo solo en área chica que se fue apenas desviado, y el duelo iba derecho al empate cuando a los 95″ una acción personal de Rodrigo González terminó con un remate que se le escurrió a Dobboletta, quien manoteó pero los jueces consideraron que el balón ingresó totalmente al arco. 2-1 final para una UdeC que sacó un duelo donde no jugó bien, pero con mucho amor propio logró sacar un triunfo que le da mucho más aire en la lucha por la permanencia.