La acidez es una irritación gástrica que “quema” en el sector del estómago y el esófago. Generalmente se trata de un reflujo gastroesofágico, que provoca la salida de las secreciones digestivas presentes en nuestro estómago. Gracias a un mecanismo tipo esfínter, estos contenidos que ayudan a procesar los alimentos se mantienen en su lugar. Sin embargo, el aumento en la cantidad de alimentos que consumimos puede forzar el relajo de este mecanismo, provocando, también, aumento del ácido clorhídrico en nuestro estómago cambiando su pH, con lo que aparecen los malestares.
En festividades como las patrias, los alimentos que ingerimos cambian, incrementando el consumo de productos más “pesados” y de difícil digestión. Carnes rojas, procesados como las longanizas y chorizos, alcohol, frutas y verduras que reaccionan diferente a los ácidos (como el tomate, por ejemplo), complican el trabajo regular de los compuestos encargados de digerir los alimentos.
“Podemos evitarla espaciando la cantidad de alimentos que consumimos, no consumir todo de un golpe, mucha cantidad de comida de una sola vez, sino que porciones más pequeñas”, recomendó la docente de la Facultad de Farmacia Sigrid Mennickent Cid.
Cuando el problema avanza, el diagnóstico sería la Incompetencia del esfínter esofágico inferior. Esto ya no es acidez y se convierte en reflujo, explicó el docente del Departamento de Medicina Interna, Dr. Patricio Ortiz Ruiz. El gastroenterólogo consignó que una vez que esta válvula deja de funcionar, no se recupera. “La enfermedad de reflujo tiene consecuencias que pueden ser bastante serias y tiene que hacer un tratamiento adecuado”, dijo. El ácido que está subiendo del esófago “puede producir heridas, erosiones, hasta úlceras que son más profundas”.
El Dr. Ortiz fue claro en señalar que un paciente diagnosticado y en tratamiento adecuado no necesita cambiar drásticamente su alimentación. Puede comer de todo, pero cuidándose del exceso. Eso sí, en estas fiestas, realizó un llamado a medir el consumo de cítricos y observar las reacciones del cuerpo al comer alimentos meteorizantes, como repollo, coliflor, rábano, cebolla, algunas legumbres y ajo.
¿Cómo podemos evitar o disminuir las molestias?
“Los antiácidos, como las sales de fruta, el bicarbonato, en general debieran utilizarse solamente cuando hay un mal comportamiento alimentario, por ejemplo, en estas fechas en que uno sabe que va a consumir más alimentos y más pesados”, advirtió Mennickent, descartando convertirlo en un hábito. La profesional explicó que la sal de fruta es un antiácido sistémico, que actúa a nivel de todo el organismo, por ende, puede producirnos efectos adversos “como el aumento del pH a nivel sanguíneo, algún tipo de calcemia, aumento del calcio en sangre, etc.”, contó. Para el gastroenterólogo las sales de fruta son un buen aliado en el alivio inmediato, pero advierte que su efecto dura, máximo, alrededor de 20 minutos.
Los antiácidos deben utilizarse una a tres horas después de haber consumido un alimento, “porque es cuando mayor cantidad de secreción ácida, o sea, ácido clorhídrico en este caso, secreta al estómago”, expuso Mennickent. El Dr. Ortiz sumó tres reglas básicas: no fumar, no consumir analgésicos que no sean paracetamol “porque los otros le van a producir daño al estómago y al esófago”, explicó, y no recostarse hasta dos horas después de haber comido. Y si lo va a hacer, deber ser en posición semisentada. De esta forma evitamos que el contenido de nuestro estómago salga.
Además de tener cuidado con los excesos alimentarios, la docente de la Facultad de Farmacia recordó mantener las condiciones que aseguren la inocuidad de los alimentos. No solamente evitamos la indigestión, de la misma forma nos cuidamos ante posibles reacciones alérgicas. «Que haya contaminación durante su manipulación, o estén mal conservados. Alimentos que necesitan refrigeración y no lo estén, como algunas mayonesas, por ejemplo, sobre todo las caseras. En ese tipo de cosas hay que tener cuidado”, afirmó, recordando comprar alimentos en lugares certificados, que sean seguros, y siempre lavarse las manos antes de manipularlos.
Ambos profesionales recomendaron no consumir alimentos muy tarde o en la noche, porque si no va a haber más pesadez estomacal al momento de dormir y el sueño no será de buena calidad. El Dr. Ortiz recordó que si la persona está diagnosticada con reflujo y ya está en tratamiento «puede comer y tomar lo que quiera. Da exactamente lo mismo. Pero sin exceso”, advierte.