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Estación de reproducción de la ranita de Darwin UdeC habilitará módulo para tratar ejemplares de Chiloé afectados con hongo mortal

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Fotografía: Archivo DirCom UdeC
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Un nuevo módulo habilitará la UdeC en la Estación de biología para la conservación y reproducción ex situ de la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii) para recibir a un grupo de individuos que serán rescatados desde el Parque Tantauco en Chiloé.

La ampliación de las instalaciones se da en el contexto de la última renovación de cinco años del convenio de colaboración con el Zoológico de Leipzig, que entregará financiamiento a la iniciativa hasta 2028.

El académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas y Director de la Estación, Juan Carlos Ortiz Zapata, informó que, en este período, la institución alemana aportará unos treinta mil euros anuales al proyecto que ya cumple 15 años.

Los recursos servirán para implementar el contenedor y un espacio para cuarentenas, así como para el funcionamiento general de la estación asociada al Laboratorio de Herpetología del Departamento de Zoología, que también lidera el Dr. Ortiz.

El nuevo módulo se suma a los cinco existentes: uno de la administración, otro para producir alimentos; dos ocupados por las ranitas de Darwin (nuevas y antiguas, unas 40 en total) y uno para a la reproducción del sapo de pecho espinoso (Alsodes Vanzolinii).

El académico detalló que el sexto contenedor y el área de cuarentena debieran estar habilitados antes de terminar el año, de manera de estar en condiciones de recibir a las ranitas de Chiloé en la segunda semana de enero.

“Allí hay un proyecto de la ONG Ranita de Darwin para traer ejemplares a nuestra estación con el objetivo de protegerlos de una epidemia causada por el hongo quitridio (Batrachochytrium dendrobatidis) en esa área”, cuenta el investigador.

La idea -agrega- es lograr su reproducción para luego reintroducirlas en el parque o hacer una relocalización en otros lugares donde la ranita ha desaparecido.

Hongo mortal

El hongo Batrachochytrium dendrobatidis es un patógeno que provoca la quitridiomicosis, enfermedad que afecta a ranas, sapos, batracios y otros anfibios.

El agente se ha extendido por gran parte del mundo en las últimas cuatro décadas y se le considera como uno de los factores de mayor impacto en el declive de las poblaciones de anfibios a nivel global.

“El hongo se deposita sobre la piel de la ranita y afecta su modo de vida, fundamentalmente su respiración, porque las ranitas respiran más por la piel que por los pulmones. Lo mismo pasa con otros anfibios, que mueren por esta causa”, detalla Ortiz.

El especialista cuenta que en Chile hay discrepancias en el origen del quitridio, ya que por mucho tiempo se creyó que había llegado con la introducción de la rana africana (Xenopus laevis) en la década de 1970.

“Yo he defendido la posición de que este hongo siempre ha existido en nuestros ambientes e incluso a nivel mundial, ya que hace algunos años detectamos la presencia del hongo en ejemplares que habían sido colectados antes de la llegada de esta rana”, cuenta.

Cambio climático

En el pasado era común encontrar larvas o adultos infectados, pero -agrega-  que  “se asumía que estaba dentro de la naturalidad de la regulación de las poblaciones”.

El Director de la estación explica que las poblaciones de las diferentes especies no crecen en forma indefinida, porque hay factores que contienen ese crecimiento, como la cantidad de alimento (menor cantidad, menos población y viceversa) o de predadores (más predadores, menos población), además de los patógenos y las enfermedades.

“Y hoy tenemos que sumar el cambio climático, en el sentido de que los valores promedios de la temperatura han subido, puede ser muy poco, pero significativo para que este hongo se desarrolle de mejor forma, a lo cual le agregamos la modificación y destrucción del hábitat. Todo esto influye en el declive de las poblaciones”, asevera.

En Tantauco, las ranitas de Darwin se encontraban en buenas condiciones, pero a partir de enero de este año se observó que las poblaciones comenzaron a disminuir por efecto del hongo.  “Por eso se planteó el rescate en ese sector”.

Aún no existe un tratamiento definitivo para la enfermedad, pero hay algunos medicamentos que pueden ayudar a combatirla.  “Los resultados van a depender de la intensidad de la carga de hongos que tengan las ranitas”, señala.

El académico adelantó que antes de recibir a los individuos de Chiloé se van a testear a todas las residentes de la estación “para saber que nuestro plantel esté libre de la del quitridio”.

La estación

La Estación de la ranita de Darwin se puso en marcha en 2009 en colaboración con el Zoológico de Leipzig, dando inicio a un proyecto pionero en Chile para la conservación de este anfibio que históricamente se distribuye entre Concepción y Aysén, y en las provincias de Río Negro y Neuquén en Argentina.

En sus primeros años, en sus laboratorios se desarrolló protocolos para la captura de las ranitas desde su hábitat, para el cumplimiento de cuarentenas de individuos no nacidos en la estación; para la reproducción y crianza de los anfibios, así como para la producción de alimentos (chanchitos de tierra, mosca de la fruta, grillos y larvas de tenebrios).

Más tarde agregó métodos de reproducción aplicados al sapo de pecho espinoso, especie en peligro crítico de extinción, para cuyo cuidado se habilitó un espacio especial, en 2016, también en colaboración con el Zoológico de Leipzig.

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