La comunidad de la Arquidiócesis de Concepción se reunió en la Catedral para orar por el descanso del Papa Francisco, quien partió a los 88 años. La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo, Mons. Sergio Pérez de Arce.
Durante su homilía, el Arzobispo expresó que “la vida de Francisco nos ha hablado; él ha sido un testigo del Evangelio y una voz distinta, profética, en medio de la humanidad”.
Añadió que su partida nos invita a reflexionar sobre su legado: “No pretendo agotar en estas pocas palabras toda la riqueza de la vida y del magisterio de Francisco, simplemente quisiera destacar algunos aspectos que nos permitan dar gracias a Dios por el Papa que nos dio y que seguirán como desafíos que tenemos que asumir como cristianos”.
Mons. Pérez de Arce también valoró la cercanía del Papa con la Iglesia de América Latina, al respecto, indicó que “el Papa Francisco llegó a Roma desde el fin del mundo, como se ha dicho, y no llegó con las manos vacías, sino con una riqueza de caminar eclesial y social que supo injertar en la vida de la Iglesia universal”.
Recordando su relación con la Iglesia chilena, afirmó que “se ocupó de nosotros y nos habló en la ‘Carta al pueblo de Dios que peregrina en Chile’, en un acto que tuvo repercusiones para toda la Iglesia. Con razón se ha dicho que en el tratamiento de la crisis de los abusos, la situación de Chile significó un antes y un después en el ministerio de Francisco”.
Finalmente, el Arzobispo concluyó con un llamado a mantener viva la esperanza cristiana, afirmando que “acojamos la invitación del Señor hecha a través del Papa Francisco. Él, como los primeros discípulos, ha sido testigo de la Buena Nueva. Pidamos también la gracia del testimonio. Y unámonos en oración por el querido Papa Francisco, confiados en la infinita misericordia de Dios”.