El 31 de marzo se dictó una normativa sanitaria para regular las ferias libres, y así obligarlas a cumplir una series de medidas para prevenir contagios de COVID-19.
Algunas de estas eran mantener mesones limpios con cloro, uso de mascarillas y guantes para los comerciantes, además de mantener una distancia mínima de 1 metro y medio entre cliente y vendedores. Otra de las medidas era que los puestos respectivos sólo podían funcionar en un lado de la calle.
Sin embargo, algunos puestos siguieron su funcionamiento de manera normal, incumpliendo las normas impuestas, por lo que la Seremi de Salud procedió a sumariar a las ferias libres de Talcahuano, Boca Sur y Hualpén, quedando con prohibición de funcionamiento.